Improvisadamente, pronuncias el nombre de Mary Jane Kelly, a la que no soportas demasiado, pero que goza de popularidad en el barrio. Quizás te crea. Seguro que te pida un favor, pero no puedes asumir el pago del señor Fincher, y es mejor trabajar gratis, que recibir una paliza de advertencia.

Pero este caballero se abalanza sobre ti. No tienes tiempo de pedir auxilio, mientras te estrangula. Entre convulsiones, te da tiempo de ver cómo extrae un cuchillo de su chaqueta. Vas a perecer a manos del auténtico Jack el Destripador.